La historia de La Cartuja de Sevilla comienza en 1841 cuando su fundador, el Marqués Charles de Pickman, llega a Sevilla con la idea de establecer una nueva fábrica de loza fina de la mayor calidad, para competir con el dominio de las marcas inglesas. Pickman aprovecha la desamortización de Mendizábal para adquirir el Monasterio Cartujo de Santa María de las Cuevas donde encuentra las condiciones idóneas para su propósito. Así nacen los colores, las formas y decorados clásicos de la firma, que con un estilo propio se convierte en la principal seña de identidad de la fábrica y transmite en sus piezas decorativas, vajillas y juegos de mesa.
La segunda mitad del siglo XIX es de gran esplendor para La Cartuja de Sevilla, que recibe numerosos premios y medallas de oro en exposiciones internacionales. Esta circunstancia empezó a reflejarse en los sellos que identificaban la producción de la fábrica y que verifican su procedencia. A lo largo de su historia La Cartuja ha ido cambiando los motivos formales de sus sellos, por lo que actualmente se conocen más de 80 sellos pertenecientes a esta casa.
En el año 1871 se produce un hito importante, La Cartuja de Sevilla es nombrada proveedora de la Casa Real de España por Amadeo I de Saboya. Es precisamente este rey quien concede el título de Marqués de Pickman al fundador de la marca, por su destacada aportación a los procedimientos industriales. Además de la Casa Real Española, la firma ha estado presente en otras casas reales europeas, destacando la de Isabel de Baviera, Emperatriz de Austria y Reina de Hungría.
La Cartuja de Sevilla inicia en 2016 su etapa actual, con una nueva dirección al frente y una compañía 100% española. Desde entonces, la marca trabaja incesantemente para rescatar el espíritu vanguardista que siempre ha impregnado sus diseños y sus piezas. Esta renovación se realiza mediante la recuperación histórica de sus orígenes, apostando por el valor añadido de la artesanía y la marca España e incluyendo nuevas colecciones de corte más contemporáneo, que complementan y enriquecen la extensa colección de clásicos.